Cuarto día

¡¡A Versailles!!. Tras una tranquila noche, madrugamos bastante para encaminarnos al Chateau, combinando metro y cercanía.
La enfermita no tiene cuerpo para jotas, así que se queda con la profe en el hotel.
Un "diita" de perros, viento, frío, ¡vaya, vaya!, no había de estar en los exteriores. Logramos entrar y durante la mañana visitamos al Chateau con audioguías: dormitorios del Rey, de la Reina, Galería de los espejos, una pasada de casita para el pobre rey y su familia.
Tras un receso en la cafetería, que nos recompone frente al día tan desapacible, comenzamos la
visita a los Jardines, que hoy tenían ambientación con música barroca, como corresponde a Luis XIV.
El día ha mejorado bastante lo que nos permite pasear, admirando sus múltiples fuentes y bosquetes. Nos vamos encaminando hacia los palacios Petit y Grand Trianon. En el camino un par de disidentes decide abandonar al grand group y seguir paseando, pero en bicicleta.
Ya de vuelta en el palacio, el cansancio acumulado hace que se decida volver al hotel para un descanso, merecido, previo a la cena.

Mientras tanto, a mediodía, en el hotel, la profesora consigue despertar a la bella durmiente para comer algo. El steak grillé con frites le sienta tan bien, que se animan a dar una vuelta por el barrio judío, mientras los versalleses vuelven al hotel.

Tras el descanso y aseo, compras y cena en el barrio Latino, donde nos reencontramos con el profe de ciencias, que había sustituido el descanso por una visita al Museo de Historia Natural (para su desgracia estaba cerrado, pero aprovechó para pasear... "por las calles de París").

Álbum Cuarto día